Somos los más oportunos del lugar y el día que nos toca bajar a la piscina es el día que el tiempo decide cambiar y traer un poco de fresco al norte. Aun así, nos bañamos, y disfrutamos todo lo que pudimos del agua. Los mayores aguantaron un poco más con ese cuerpo serrano que tienen y se vieron recompensados con un rato más de sol y piscina que les duro hasta el final del día. El parque de los monos nos dio la oportunidad a los txikis de jugar un poco en seco.
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